miércoles, 29 de junio de 2016

(Resumen) CLAVES PARA COMPRENDER LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

Resumen
CLAVES PARA COMPRENDER LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

Isabel Ruiz-Gallardón
Universidad Rey Juan Carlos Madrid (España)
isabel.ruizgallardon@urjc.es

1. El salto a la era digital
A partir del siglo XVIII, en las sociedades modernas, la información ha tenido una presencia determinante en la historia. Desde la llamada Segunda Revolución Industrial, la creación del telégrafo y posteriormente del teléfono, radio y televisión, hicieron de la información y la comunicación fenómenos de primer orden. A partir de entonces, nuestras sociedades contemporáneas han conocido la emergencia de los que prosperan eficazmente en el desarrollo de la sociedad, al tiempo que fomentan las acumulaciones indebidas de poder. Vivimos en una sociedad post-industrial en la que se destaca el carácter central del conocimiento y la comunicación como eje del cual se organizan las nuevas tecnologías, el crecimiento económico, la estratificación de la sociedad y, sobre todo, nuestra vida personal.
Hoy, el individuo deja de ser dueño de las nuevas tecnologías para convertirse en su esclavo
En la nueva sociedad global de la información, todos los ciudadanos estarán unidos entre sí por una red global de información y conocimiento, dirigida hacia la formación de una conciencia global, que barrerá las diferencias de culturas, intereses y nacionalidades
La tecnología esta en todo ambiento haciéndose cada día mas indispensable en la ciencia como en la biología haciendo descubrimientos de los genes para uso del hombre.
El término era digital (o sociedad digital) se refiere a la estructura básica y al modo de acceder a la información a través de la estructura binaria basada en el álgebra de Boole que está en el origen del desarrollo de las nuevas tecnologías.
Hoy se habla de una sociedad red para referirse a las transformaciones producidas y los nuevos modos de organización empresarial, comunicación, relación social y ocio en la sociedad de la información, como consecuencia de la proliferación de Internet.
Habría, así, que diferenciar entre una sociedad de la información y sociedad del conocimiento, precisando que el conocimiento, al contrario de la información, contiene creencias, valores y compromisos pues el conocimiento es la información que una persona posee de manera utilizable para un propósito
la sociedad de la información como aquella en la que la información pasa a convertirse en factor decisivo de la organización económica, como consecuencia de la nueva tecnología digital, y que genera con ello cambios profundos en todos los ámbitos de la vida: cultura-les, políticos, sociales y personales determinados, entre los miembros de esas sociedades.
Algo característico de las nuevas tecnologías es la velocidad en la transmisión de datos: el mundo se vive como más pequeño y la lejanía se convierte en inmediatez. A este proceso se le ha dado el nombre de Globalización.
Estamos ante una nueva tecnología revolucionaria, como lo fue el mecanicismo moderno asociado a la industria. Cualquier estudio serio que pretenda abordar los retos que la sociedad de la información plantea, deberá considerar los peligros básicos que ponen en riesgo los beneficios que la nueva era digital puede aportar a la humanidad.

2. Las nuevas tecnologías de la información: virtualidad, instantaneidad y fragmentación.
La combinación entre tecnología e información es la que ha hecho posible la transformación que llamamos sociedad de la información, y el término generalizado para considerar el conjunto de elementos y procesos que hacen esto posible es tecnología de la información y comunicación, conocido como TIC  La interacción de la tecnología destinada a almacenar, gestionar y transmitir información gracias a la informática con los mass media que ya conformaban la aldea global antes de internet, e internet, se produce gracias a la tecnología digital.
Acceder a esta nueva realidad es acceder a un mundo cualitativamente distinto donde han desaparecido las relaciones espacio-temporal natural: se produce un espacio des-vinculado de la preespecialidad, al que podemos acceder una y otra vez con la sola condición de sustituir el entorno por alguna máquina elaborada en términos de TIC.
Es esta instantaneidad la que hace que se rompan fronteras, se generen comunidades virtuales, se compartan experiencias, se interrelacionen mercados. El pasado, el presente y el futuro son reelaborados y conviven en un orden aleatorio en la nueva dimensión ciberes-pacial.
Esta experiencia es la que se encuentra cualquier usuario de Internet y del conjunto de los fenómenos que dependen de la red y que abarcan desde las relaciones de adolescentes en comunidades virtuales tipo Tuenti, o las generalizadas en el Facebook, pasando por la banca electrónica, las relaciones con la administración, la comunicación audiovisual…etc.
En nuestra sociedad resulta inimaginable poder trabajar sin Internet, comunicarnos socialmente sin red. Al igual que es impensable un sistema económico y de relaciones internacionales sin la red, ni una cultura que no se exprese en Internet.
Las nuevas tecnologías digitales fragmentan la estructura de lo transmitido en unidades discretas llamadas bits y que agrupamos cuantitativamente en megas o gigas.
En la nueva realidad dual en la que vivimos, se produce, junto a esta fragmentación de la sociedad y de la identidad, una gran paradoja: a medida que el mundo se globaliza proliferan las diferencias de manera proporcional al proceso de integración unificadora mediante las tecnologías.

3. Una economía dependiente de la red
La sociedad de la información y la globalización  nació en el marco de las transformaciones del capitalismo postindustrial y desde ahí pasó a toda la sociedad. La progresiva tecnificación de la producción y las nuevas condiciones económicas generadas como fruto del crecimiento económico sostenido a lo largo de las décadas de los 50 y 60 alteraron las condiciones en las que hasta entonces había operado el capitalismo mundial.
El modelo económico comenzó a entrar en crisis a comienzo de los 70, con la crisis del modelo energético. Frente al fordismo surgió la alternativa del toyotismo, inspirado en el modo de trabajar y la organización de la economía japonesa.
La información se convierte en la materia prima; lo es gracias a las nuevas tecnologías y su innovación. Para que la innovación sea posible, se necesita inversión pública o privada en términos de capital riesgo. La ventaja de esta nueva materia prima y su innovación constante viene dada por el incremento de la productividad en términos tales que parece cuestionar la ley económica de los rendimientos decrecientes. La información y el conocimiento alteran este principio en la medida en que acaba siendo un factor más importante que el precio, que es sólo un derivado de la innovación.
La noción de red no solo implica la venta de bienes y servicios por internet. Es más, la red, entendida como organización, es más importante todavía, ya que es lo que está revolucionando la producción y el modo de entender la actividad económica.
Es cierto que la globalización se hizo especialmente visible en los mercados financieros, ámbito que representa la primera gran expresión del mundo globalizado. El proceso de globalización vino acompañado de una liberalización de los mercados, lo que supuso la eliminación de barreras que no permitían la libre circulación sobre todo de capitales. Además, la creación de organismos internacionales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC),la tendencia a la concentración de empresas y la regionalización de la economía mediante la creación de grandes zonas, como la Unión Europea (UE), reforzaron este proceso de globalización.
La crisis financiera internacional de los últimos años procede, en realidad, de esta nueva existencia de un mercado financiero mundial, en parte desregularizado, que ha llevado a excesos. La falta de reglas independiza el propio dinero de la “soberanía” política y lo entrega a los capitalistas financieros que lo tienen en su poder. La crisis misma es la confirmación de la globalización que hace reconsiderar las reglas del mercado de capitales y del sistema financiero internacional.
En la llamada brecha digital, a la cuestión de la propiedad de los medios de producción que movilizó las luchas en torno a la justicia social, se añade un problema nuevo en torno al acceso, a la inclusión o exclusión en la red. Los más desfavorecidos son más incapaces de estar conectados, por falta de infraestructuras, y/o por falta de alfabetización digital para acceder a la red. Esta brecha digital supone uno de los efectos indeseados de la Sociedad de la Información.

4. Hacia una nueva sociedad
En el nuevo contexto político, se consolidan nuevas formas de acción y una clara tendencia bipartidista, con criterios predominantemente pragmáticos y cuyo objetivo es la gestión. Las diferencias ideológicas que persisten parecen polarizarse sólo en temas muy concretos que van determinando la agenda de los políticos: derechos de las minorías, aborto, matrimonio homosexual, formas de energía y cambio climático; posturas que se basan, en no pocas ocasiones, en criterios de propaganda o espectáculo. Podemos, por tanto, decir, que se sustituye la política de las grandes ideas por las campañas políticas; y que los nuevos actores políticos son las corporaciones que dictan sus políticas a los gobiernos con el apoyo de los organismos internacionales como el FMI, la OCM, el Banco Mundial y otros.
La confrontación ideológica entre capitalismo y socialismo se ha sustituido, en las relaciones internacionales, por un enfrentamiento vinculado al extremismo religioso islamista: el llamado terrorismo internacional se muestra como uno de los rasgos más sobresalientes de las relaciones internacionales globales. En este contexto es donde nace el multiculturalismo como un modelo político y un modo de gestionar las diferencias en el seno de algunas sociedades en las que la heterogeneidad y la defensa de los derechos de minorías impulsan nuevas políticas. En la configuración de las comunidades humanas ha jugado un papel decisivo el espacio; el espacio y sus limitaciones eran los que establecían el lugar común mediante el cual se determinaban las relaciones de vecindad, proximidad, y de las que derivaban consideraciones como lo propio, lo extraño, lo vecino, y, a la vez, limitaciones a la hora de intercambiar y compartir intereses. Con el desarrollo de las grandes ciudades, y especialmente desde la segunda revolución industrial en la que triunfan los medios de comunicación de masas, se multiplicaron las interacciones, lo que permitió un mayor grado de libertad y una creciente superación de los límites impuestos por el espacio. Apenas un siglo más tarde, consolidada la estructura social en el seno de grandes ciudades, la llegada de la telefonía móvil por satélite e Internet provoca que estos límites espaciales lleguen a desaparecer, al menos para esa realidad virtual.

La nueva realidad tecnológica crea, por tanto, una realidad paralela a la realidad material en la que se refuerza el poder de sujeción. En este sentido, lo que desde la perspectiva del acceso es visto como elemento de poder y capacitación, como libertad o riqueza, se convierte en una forma de dominio a partir de una ingeniería de la persuasión basada en las nuevas tecnologías y cuya máxima expresión se da en ese mundo virtual. Un ejemplo lo aportan algunos videojuegos que no sólo ofrecen ocio y permiten jugar con otros al margen de las condiciones espacio temporales, sino que, a la par, dispersan a las identidades y convierten a los sujetos en meros receptores de propaganda, más fácilmente controlables y más dóciles a las pretensiones del mercado.

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